martes, 15 de noviembre de 2016

Quién tiene la razón: ¿Murciélago o murciégalo?

En ocasiones, me encuentro con que algunas personas corrigen a otras porque dicen murciégalo, en lugar de murciélago como lo pronunciamos la mayoría de la población de habla española. Quizá esto se deba a que, durante nuestro paso por la escuela se nos ha enseñado que la palabra correcta es murciélago.
Autor de la imagen: Alfonso Augusto. Wikipedia.

Sobre este tema, algunas personas aseguran que la Real Academia de la lengua Española (RAE) ha aceptado el término “murciégalo” debido a la dificultad de ciertos grupos minoritarios de poder pronunciar el término comúnmente aceptado. Entre ellas, el Portal Montevideo, la Red de Murciélagos y otros.

Sin embargo, si recurrimos al diccionario de la RAE, nos encontramos con lo siguiente:

De murciégalo.
1. m. y f. Quiróptero insectívoro que tiene fuertes caninos y los molares con puntas cónicas. Tiene formado el dedo índice de las extremidades torácicas por solo una o a lo más dos falanges y sin uña. Es nocturno y pasa el día colgado cabeza abajo, por medio de las garras de las extremidades posteriores, en los desvanes o en otros lugares escondidos. U. en m. ref. a la especie.
Si observamos cuidadosamente, debajo de la palabra murciélago, ga, dice “De murciégalo”. Y acudimos de nuevo al mismo diccionario que dice:

Del lat. mus, muris 'ratón' y caecŭlus, dim. de caecus 'ciego'.
1. m. desus. murciélago. U. c. vulg.

La verdadera explicación nos la proporciona el mismo diccionario de la RAE, no hace falta ir a ningún otro documento.

La palabra murciégalo proviene del latín mus o muris que significan ratón, y caecŭlus, cuyo diminutivo es caecus 'ciego'. Es decir: ratón ciego.

Además nos informa que es un término usado vulgarmente y que se encuentra, actualmente, en desuso. 

En otras palabras, la palabra original era murciégalo, la cual derivó en murciélago y que ambas locuciones son perfectamente apropiadas.

Debemos decir que, en realidad, el murciélago no es ciego, aunque sí tiene una agudeza visual baja; utiliza la vista para las distancias largas donde la ecolocación no le es útil, y ésta última en las distancias cortas donde esta habilidad le permite reconocer los objetos que le rodean a través del rebote de los ultrasonidos que genera.

Así que, ya puedes estar tranquilo cuando alguien diga murciégalo ya que no comete ningún error.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Acertijos divertidos para niños No. 1

Hola. Bienvenidos a los acertijos matemáticos divertidos para niños.
La intención de estos acertijos, es la de poner a prueba tu astucia para resolverlos. Puedes invitar a tus amiguitos a que traten de adivinar también las respuestas. Suerte.





1. Si tengo 150 sillas y siento cincuenta niños ¿Cuántas sillas me quedan?


2. Si yo tengo 2 carros pero me regalan 6 y, mi primo me quita 5 y me regalan 6 más ¿Cuántos me quedan?


3. ¿Cuál es el número que si lo partes a la mitad da 0?


4. ¿Qué hora es cuando el reloj de la pared marca las trece campanadas?


5. ¿1 y 2 es...?



Los resultados podrás verlos dando click en el siguiente enlace:
https://www.facebook.com/elestudioeselmejorcaminoalexito/photos/a.1506226452938174.1073741830.1505464869680999/1918741545019994/?type=3&theater


viernes, 4 de noviembre de 2016

Los fantásticos libros que vuelan (Corto para fomentar la lectura)

Este video muestra la magia de la lectura y cómo cambia la vida de quienes se deciden a tomar los libros y regocijarse en sus lecturas. La lectura de aventuras nos lleva a mundos insospechados, vivimos muchas vidas y disfrutamos de infinidad de historias, en tanto que los de educación nos acercan al maravilloso mundo del conocimiento.

La lectura de libros jamás será tiempo perdido, todo lo contrario.

Que disfruten de este corto que pretende entusiasmar al público para acercarse a la lectura.


lunes, 31 de octubre de 2016

Las escuelas matan la creatividad

Sir Ken Robinson, en esta presentación en el sitio TED Talk, hace una apasionada y divertida argumentación sobre la importancia de la creatividad infantil y de cómo la educación formal actual mata la creatividad de los niños.


Esta es una argumentación muy interesante y divertida, la cual debería ser tomada en cuenta, no sólo por padres y maestros, sino también por las autoridades educativas de cualquier nación.


Sir Ken Robinson es un educador, escritor y conferencista británico. Doctor por la Universidad de Londres, que investiga sobre la aplicación del teatro en la educación. Robinson es considerado un experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos. Debido a la relevancia de su actividad en los campos mencionados, especialmente en relación a la necesidad de incorporar clases de arte al currículum escolar, fue nombrado sir por la reina de Inglaterra, Isabel II en 2003.

Fuente:
https://www.ted.com/talks/ken_robinson_says_schools_kill_creativity?language=es
https://es.wikipedia.org/wiki/Ken_Robinson

martes, 25 de octubre de 2016

Cómo mejorar la atención y el rendimiento escolar

Esta es una recomendación tanto para los padres de familia como para los estudiantes si realmente desean mejorar en su rendimiento escolar.

Uno de los problemas que enfrentan los estudiantes, son los distractores. Debido a esto, el rendimiento escolar de los jóvenes estudiantes baja con mucha frecuencia. Son varios los tipos de distractores, pero es el teléfono móvil o celular el que más aporta a este problema.

Disminuye la concentración. El exceso del uso del teléfono móvil conduce a la falta de concentración. Tener el teléfono encendido al mismo tiempo que se prepara o revisa los trabajos escolares, puede hacer que los estudiantes reduzcan la calidad de sus trabajos hasta en un 20%.

Temor a perder el móvil. Los adolescentes a menudo tienen temor a extraviar su teléfono móvil, impulsando la necesidad compulsiva de saber lo que otros están haciendo. Las personas que desarrollan FoMO (Fear of missing out) experimentarán un estado de ánimo generalmente bajo, aumento de la ansiedad, y están más propensos a estar revisando sus teléfonos durante las clases o tiempo de estudio.

Reduce la memoria. Los mensajes telefónicos y las notificaciones le distraen e interrumpen sus actividades, como el estudio, haciéndoles olvidar los objetivos de las tareas. Esto es evidente para cualquier persona si mira  a un estudiante cuando revisa o hace sus tareas con su teléfono a su lado. Una escuela de pensamiento diferente sugiere que una reducción en la memoria puede deberse a las ondas emitidas por los teléfonos móviles, lo que explicaría por qué los estudiantes que utilizan los teléfonos móviles en exceso tenían tiempos de respuesta más lentos en tareas de memoria. Los autores de este meta-análisis confirmaron que las ondas de los teléfonos móviles tienen un impacto en la memoria, sin embargo señalan que los tamaños del efecto son pequeños.

Deformación del punto de vista de la realidad. Los medios sociales presenta una visión distorsionada de la realidad. Nadie es tan feliz como parecen en Facebook o tan sabio como aparecen en Twitter. Por naturaleza, comparamos nuestras vidas con estas falsas realidades. Esta comparación con los demás puede ser estresante, promoviendo un temor al fracaso. Esto alienta también el FoMO.

Ansiedad y Estrés. El uso excesivo de los teléfonos móviles es malo para la salud psicológica. El uso constante de los teléfonos móviles conduce al incremento de la ansiedad, sentimientos de soledad y baja autoestima. La dependencia de los teléfonos móviles también puede causar irritación, frustración e impaciencia cuando no pueden utilizarlo.

Empeoran el sueño. El uso del teléfono todos los días y por más de 20 minutos por vez, lleva a una mala calidad y duración del sueño. Quienes tienen sus móviles en el dormitorio duermen por espacios más cortos que quienes no lo tienen. Una posible razón es que el brillo de la luz de fondo en su teléfono retrasa la liberación de la hormona del sueño, la melatonina, y no le permite dormir por más tiempo. 

Si toman en cuentas los puntos mencionados, notarán una mejoría en su rendimiento escolar, y no sólo eso, también mejorará su estabilidad emocional.

Con información de:
http://blog.innerdrive.co.uk/6-reasons-to-put-your-phone-away?utm_content=41172639&utm_medium=social&utm_source=twitter

lunes, 11 de agosto de 2014

La interesante historia de Carl Friedrich Gauss

Esta es una interesante anécdota que tiene que ver con la brillante inteligencia de un niño quien resolvió un problema de manera muy curiosa para su edad y procedencia. La historia se sitúa alrededor de 1784 en Brunswick, Alemania.


En 1784, a los siete años de edad Gauss ingresó a una de las escuelas de primeras letras de Brunswick donde daba clases un maestro rural llamado Büttner, quien corrigió rápidamente su lectura, le enseñó gramática, ortografía y caligrafía y perfeccionó su talento matemático y lo animó a continuar el bachillerato, como consta en su carta para que lo aceptaran en el Lyceum; pero quien usaba unos métodos severos y una estricta disciplina, lo que desagradaba a alguien tan sensible.

Se cuenta la anécdota de que, a los dos años de estar en la escuela, durante la clase de Aritmética, el maestro propuso el problema de sumar los números de una progresión aritmética[i]. Gauss halló la respuesta correcta casi inmediatamente diciendo «Ligget se'» ('ya está'). Al acabar la hora se comprobaron las soluciones y se vio que la solución de Gauss era correcta, mientras que no lo eran muchas de las de sus compañeros.


El jovencito de marras se llamaba Carl Friedrich Gauss, nació en Brunswick, Alemania, el 30 de Abril de 1777, y murió en 1855 en Gottingen, Hanover, Alemania. Gauss fue un matemático, astrónomo y geodesta, y que contribuyó significativamente en muchos campos, incluida la teoría de números, el análisis matemático, la geometría diferencial, la estadística, el álgebra, la geodesia, el magnetismo y la óptica. Ha sido considerado «el príncipe de los matemáticos» y «el matemático más grande desde la antigüedad»; ha tenido una influencia notable en muchos campos de la matemática y de la ciencia, y es considerado uno de los matemáticos que más influido en la historia de las Matemáticas. Fue de los primeros en extender el concepto de divisibilidad a otros conjuntos.



[i] Habitualmente se dice que la progresión aritmética era la formada por los números del 1 al 100. Según Hayes (2006) la primera mención a la anécdota apareció en la biografía de Gauss escrita por Wolfgang Sartorius von Waltershausen en 1856 y titulada Gauss: zum Gedächtniss. Sin embargo, en dicha obra no aparece qué progresión era ni el método utilizado por Gauss para calcularla. Puede verse una traducción dada por una biznieta de Gauss en Sartorius von Waltershausen (1966), aunque en su traducción aparece que la progresión es del 1 al 100.

martes, 22 de julio de 2014

Beremís resuelve un problema y determina la deuda de un joyero

En el cual nos dirigimos a una posada. Palabras calculadas por minuto. Beremís resuelve un problema y determina la deuda de un joyero. Los médicos del rey Artajerjes y la Aritmética.

Después de abandonar la compañía del sheik Nasair y del visir Maluf, nos encaminamos hacia una pequeña posada denominada “Patito Dorado”, en los alrededores de la Mezquita de Solimán.
Allí vendimos nuestros camellos a un chamir[1] de mi confianza, que vivía cerca.

En el camino dije a Beremís:

- Ya veis, amigo, tuve razón cuando afirmé que un calculista hábil hallaría con facilidad un buen empleo en Bagdad. No bien llegasteis, fuisteis invitado a ejercer el cargo de secretario de un visir. Ahora no necesitaréis más volver a la árida y triste aldea de Khoy.
- Aunque aquí prospere me contestó el “Calculista”-, aunque me enriquezca, volveré, con el tiempo a Persia, para ver mi tierra natal. Es ingrato aquel que olvida su patria y los amigos de la infancia, cuando tiene la felicidad de encontrar en su vida un oasis de prosperidad y fortuna. Y añadió:
- Viajamos juntos hasta este momento, exactamente ocho días. Durante ese tiempo, para aclarar dudas e indagar sobre cosas que me interesaban, pronuncié exactamente 414,720 palabras. Ahora bien; como en 8 días hay 11,520 minutos, saco en conclusión que durante nuestro viaje pronuncié, término medio, 36 palabras por minuto, o sea 2,160 por hora. Estos números demuestran que hablé poco, fui discreto y no ocupé tu tiempo haciéndote escuchar discursos engorrosos y estériles.

Un hombre taciturno, excesivamente callado, se vuelve desagradable, mas los que hablan sin parar irritan y fastidian a sus oyentes. Debemos, pues, evitar las palabras inútiles, sin caer en el laconismo, que es incompatible con la delicadeza.

Había una vez en Teherán, Persia, un viejo mercader que tenía tres hijos. Un día el mercader los llamó y les dijo: “Aquel de vosotros que pase el día sin decir palabras inútiles recibirá un premio de 23 dracmas[2]”. Al caer la noche, los tres hijos se presentaron al anciano. El primero dijo: “Evité hoy, padre mío, todas las palabras inútiles. Espero, por tanto, merecer, según vuestra promesa, el premio estipulado, premio de 23 dracmas, como sin duda recordareis.” El segundo se aproximó al anciano, le besó las manos y se limitó a decir: “Buenas noches, padre mío.” El más joven, en fin, se aproximó al anciano y sin decir palabra extendió la mano para recibir el premio. El mercader, al observar la actitud de los tres muchachos, les habló así: “Fatigóme el primero, al llegar a mi presencia, con varias palabras inútiles. El tercero se mostró demasiado lacónico. El premio corresponde, pues, al segundo, que en su conversación fue discreto y sin afectación.”

Al terminar, Beremís me preguntó:
- ¿No te parece que el viejo mercader falló con justicia al juzgar a sus tres hijos?
No le respondí. Me pareció mejor no discutir el caso de los veintitrés dracmas con aquel hombre prodigioso que calculaba medidas y resolvía problemas, reduciendo todo a números.

Momentos después llegábamos al “Patito Dorado”.
El dueño de la posada se llamaba Salim y había sido empleado de mi padre. Al verme, gritó sonriente:
- ¡Alah sea contigo, mi señor![3] Aguardo tus órdenes ahora y siempre.
Díjele entonces que necesitaba una habitación para mí y para mi amigo Beremís Samir, el calculista, secretario del visir Maluf.
- ¿Ese hombre es un calculista? -exclamó el viejo Salim-. Sí así es, llegó en un momento oportuno para sacarme de un apuro. Acabo de tener una seria divergencia con un joyero. Discutimos largo rato, y de nuestra discusión ha resultado, al final, un problema que no sabemos resolver.
Al saber que un calculista había llegado a la posada, varias personas se aproximaron, curiosas. El vendedor de joyas fue llamado, y declaró estar interesadísimo en la resolución de ese problema.
- ¿Cuál es el origen de la duda? –preguntó Beremís.
El viejo Salim contestó:
- Ese hombre, y señaló al joyero, vino desde Siria a vender joyas en Bagdad, prometiéndome pagar por el hospedaje veinte dracmas si vendía las joyas por 100 dracmas, pagando 35 si las vendía por 200.

Proporción que planteó el mercader de joyas:
200 : 35 = 140 : x
El valor de x es 24.5

Al cabo de varios días de ir y venir de aquí para allá, vendió todo en 140 dracmas.
¿Cuánto debe pagar, en consecuencia, ateniéndose a lo convenido, por concepto de hospedaje?
- Debo pagar apenas 24 dracmas y medio –replicó el mercader sirio-. Si vendiendo a 200 pagaría 35, vendiendo a 140 debo pagar 24 y medio.
- Está equivocado –replicó irritado el viejo Salim-. Por mis cálculos son 28. Vea usted: si por 100 debía pagar 20, por 140 debo recibir 28.

Proporción que planteó el dueño de la hospedería:
100 : 20 = 140 : x
El valor de x es 28

- Calma, mis amigos –interrumpió el calculista- es preciso encarar las dudas con serenidad y bondad. La precipitación conduce al error y a la discordia. Los resultados que los señores indican están equivocados, según voy a demostrarlo:
Y aclaró el caso del siguiente modo:
- De acuerdo con la combinación hecha, el sirio pagaría 20 dracmas si vendiese las joyas por 100, y se vería obligado a pagar 35 si las vendiese en 200.

Tenemos así:
Precio de venta                Precio hospedaje
        200                                            35
        100                                            20
Diferencia:                   100                                             15


Observen que a una diferencia de 100 en el precio de venta, corresponde una diferencia de 15 en el precio del hospedaje. ¿Está claro esto?
- Claro como leche de camello –asintieron ambos.
- Ahora –prosiguió el calculista-, si un acrecentamiento de 100 en la venta produce un aumento de 15 en el hospedaje, un acrecentamiento de 40 (que es los dos quintos de 100) debe producir un aumento de 6 (que es los dos quintos de 15) a favor del posadero. El pago que corresponde a los 140 dracmas es, pues, 20 más 6, o sea, 26.

Proporción que planteó el calculista:
200 : 15 = 40 : x
El valor de x es 6

Dirigiéndose entonces al joyero sirio, así le habló:
- Mi amigo. Los números, a pesar de su simplicidad aparente, no es raro que engañen, aun al más capaz. Las proporciones, que nos parecen perfectas, nos conducen, a veces, a error. De la incertidumbre de los cálculos es que resulta indiscutible el prestigio de la Matemática. De los términos del problema resulta que el señor deberá pagar a hotelero 26 dracmas y no 24 y medio, como al principio sostenía. Hay todavía una pequeña diferencia que no merece ser considerada y cuya magnitud no puedo expresar numéricamente, por carecer de recursos.[4]
- El señor tiene razón –asintió el joyero-. Reconozco que mi cálculo estaba equivocado.
Y sin dudar, sacó de su bolsa 26 dracmas y los entregó al viejo Salim, ofreciendo como presente al talentoso Beremís un hermoso anillo de oro con dos piedras oscuras, acompañando el obsequio con expresiones afectuosas.

Todos los que se hallaban en la posada admiraron la sagacidad del nuevo calculista, cuya fama, día a día, ganaría a grandes pasos la “almenara”[5] del triunfo.
Momentos después, cuando nos encontrábamos a solas, interrogué a Beremís sobre el sentido exacto de una de sus afirmaciones: “De la incertidumbre de los cálculos es que resulta indiscutible el prestigio de la Matemática”.

El “Hombre que calculaba” me aclaró el concepto:
- Si los cálculos no estuvieran sujetos a dudas y contradicciones, la Matemática sería, al final, de una simplicidad insípida, tibia, apagada, sin interés alguno. No habría raciocinio, ni sofismas, ni artificios; la teoría más interesante desaparecería entre las nebulosidades de las nociones inútiles. Presentándose, sin embargo, aún en las fórmulas más perfectas y rígidas, las dudas, incertidumbres y contradicciones, el matemático toma del carcaj de su inteligencia, sus armas y se apresta a combatir. Donde el ignorante ve incertidumbre y contradicciones, el geómetra demuestra que existe firmeza y armonía. El rey Artajerjes preguntó, cierta vez, a Hipócrates de Cos, médico famoso, como debía proceder para combatir de modo eficiente las epidemias que diezmaban al ejército persa. Hipócrates respondió: “Obligad a todo vuestro cuerpo médico a estudiar Aritmética. Al practicar el estudio de los números y las figuras, los doctores aprenderán a razonar, desenvolviendo sus facultades de inteligencia, y aquel que razona con eficacia es capaz de hallar los medios seguros para combatir cualquier epidemia.”

 Fuente: El hombre que calculaba. Malba Tahan



[1] Chamir – Jefe de caravana
[2] Dracma – moneda persa de oro
[3] Alah sea contigo - significa “Dios te proteja”
[4] Analizando este problema mediante la teoría de las interpolaciones, el resultado riguroso no es 26. en efecto, observemos que para una venta de 200 el pago era 35, es decir el 17,5 % del precio de venta; y que para una venta de 100 el pago era de 20, es decir el 20% del precio de venta.
Para cada unidad de aumento en la venta corresponde una disminución en el pago, de un [(20-17,5):100] %.
Para 40 dracmas de aumento en la venta corresponderá, pues, una disminución en el pago, de un 0.025X40=1%.
El pago que corresponde a 140 es, pues, el 20-1=19% del precio de venta, o sea, 140 x 19:100=26,6, y no 26 como indicó nuestro protagonista. Esta es la “diferencia que no merece ser considerada” como menciona Beremís.
[5] Almenara – torre que tienen las mezquitas. Desde las almenaras, o “minaretes”, el muecín llama a los fieles a la oración.